Época: civilización minoica
Inicio: Año 2000 A. C.
Fin: Año 1450 D.C.

Antecedente:
Arquitectura

(C) Jacobo Storch de Gracia



Comentario

En la campiña cretense han sido excavados y estudiados numerosos edificios minoicos descritos como villas nobiliarias, granjas o casas de campo. Estos edificios, equivalentes a un palacio en miniatura y sin patio central, cumplían la misma función económica, con sus molinos, telares, alfares y almacenes, amén de habitaciones suntuosas, en ocasiones incluso decoradas con pinturas al fresco. Su relación con los palacios es aún discutida ya que, si bien la mayoría de ellos reflejan un contacto intenso con los centros palaciales, su forma, posición geográfica alejada y dominante sobre vías de comunicación, así como el material arqueológico aparecido, indican una condición de cierta independencia con respecto a los principales centros de poder.
Algunas de estas villas cuentan con una aldea a su alrededor, llegando a alcanzar una gran extensión, como es el caso de Gurniá, donde las habitaciones y los almacenes de un pequeño palacio se disponen en torno a un pequeño patio central. Incluso existe allí una reducida área teatral y diversas plazas en la aldea. Las casas son de pobre aspecto y no resisten ningún tipo de comparación con las existentes alrededor de los palacios, pues se trata de un emporio comercial más que de un complejo residencial, como sucede también en el caso de Palaikastro, en la costa oriental, o Niru Jani y Amnisos, cerca de Cnosós. Estas mismas características pueden verse en otras casas nobiliarias tales como Tilisós o Slavokampos, al oeste de Cnosós, Vatípetron, en el centro de la isla, o de Vrokastro, Mojlos, Pyrgos y la isla de Pseira, en el golfo de Mirabello.

Estas villas rurales se encuentran aisladas en el paisaje, dominando un exiguo territorio y un caserío disperso por las colinas. Son casas construidas con cierta calidad, donde prima el empleo de grandes sillares, muros de mampostería, recubiertos de estuco y suelos pavimentados con losas de piedra. Las habitaciones son numerosas y, en general, dispuestas en dos pisos con cubiertas planas, con terrazas o azoteas y balcones. Existen algunas maquetas de barro, depositadas como ofrendas en santuarios, que nos dan una buena idea de cómo eran estas viviendas rurales; su empleo subsiste tras el período de destrucción de los palacios minoicos ocasionada por la catástrofe de la isla de Thera, hacia 1480.

Otros ejemplos de este tipo de casas fueron construidos más allá de la isla de Creta y llegan hasta donde lo hizo su expansión marítima. De entre ellos destacan las aldeas de Akrotiri en Thera, Kastri en Citerea, Ialysos (Trianda) en Rodas y Mileto, en la costa de Asia Menor. Los pueblos actuales del Egeo siguen conservando numerosos ejemplos de arquitectura primitiva mediterránea, cuyas características generales se ven ya en el período minoico.